Consultor político, ayudó al PP a asaltar la Junta y ha asesorado a Pablo Casado. A sus 39 años, es dueño de una dilatada trayectoria profesional
Ha asesorado al presidente de México. Al exministro Moratinos. Al alcalde de Cancún. Al presidente de la Junta de Andalucía. Al de Extremadura. Al de la Comunidad Valenciana. Al de la Región de Murcia. A Pablo Casado. El nombre de Aleix Sanmartín saltó a primera página una semana antes del 10-N por una polémica campaña en Facebook, cuya autoría niega y la Junta Electoral no vio nada. Es asesor de comunicación política y marketing electoral. Es decir: uno de esos cotizados gurús que examinan datos estadísticos, procesan vectores de ingeniería social y venden fórmulas de éxito para conquistar las urnas. No le ha ido mal, a tenor de su ya larga trayectoria en América y España y cuando aún no ha cumplido los 40. La entrevista tiene lugar una hora antes de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sellen con un efusivo abrazo el presunto fin del bloqueo.
Un titular para el 10-N, por favor.
Pedro Sánchez convocó un referéndum sobre su persona y ha sido derrotado por la ciudadanía. Ha perdido 800.000 votos y 3 diputados, y tiene que formar Gobierno con quien no quería.
Aleix Sanmartín (Hornachuelos, 1980) pertenece a una familia socialista de toda la vida. Militó en las Juventudes, primero, y el PSOE, después, y se dio de baja cuando empezó a remontar el vuelo como asesor profesional en comunicación política. Su primer trabajo de consultoría fue para el Grupo Socialista del Ayuntamiento de Córdoba. Poco después fichó por Moratinos. Y finalmente dio el salto a México, donde ha trabajado para diez gobernadores, media docena de alcaldes, un ministro de Hacienda y la primera dama del país bajo la presidencia de Felipe Calderón. En 2018 asesoró a Moreno Bonilla, a quien ayudó a desalojar por primera vez a los socialistas de la Junta de Andalucía. Por cierto, sus antiguos correligionarios. Y ahora acaba de trabajar para el presidente nacional del PP.
¿Ochenta y nueve escaños es un buen mal resultado?
Un partido que crece 23 diputados en menos de seis meses es un buen resultado, que demuestra que se ha hecho una campaña positiva y se ha conectado con públicos con los que antes no se conectaba.
El segundo peor resultado de la democracia para el centro derecha.
Sí, claro, pero hay que ver de dónde vienes. 23 diputados más en menos de seis meses.
¿Cuál es la clave del pelotazo de Vox?
Tiene un componente de carácter identitario fuerte. Centra las elecciones en elementos que configuran la identidad de muchas personas que se sienten excluidas del sistema. En base a eso, genera una estrategia de carácter populista, que permite la configuración de un «ellos» versus un «nosotros». Los primeros datos dicen que están teniendo un gran calado entre votantes de izquierdas, que, al no sentirse integrados por el PSOE o UP, encuentran en Vox un voto de protesta contra el sistema. No cabe duda de que la situación de Cataluña le ha beneficiado.
¿Y cómo se explica el desplome de Ciudadanos?
Hay un porcentaje importante del votante de Cs que se ha visto frustrado por la repetición electoral. En torno a un 33% se ha quedado en la abstención. Otro 15% se ha ido al PP y el 10% a Vox. El PSOE solo ha tenido un 4% de votantes de Cs. ¿Por qué ha bajado? Le ha castigado el bloqueo institucional y su cambio de postura constante.
«Vox centra las elecciones en elementos que configuran la identidad de muchas personas que se sienten excluidas del sistema»
¿Para ganar elecciones vale todo?
Todo lo que esté dentro de la ley sí.
Y las campañas negativas están dentro de la ley.
Si la ley las permite…
¿Usted es partidario?
A nivel profesional, no estoy a favor ni en contra. De hecho, la campaña del PP ha sido profundamente positiva. En función de cada momento, puedo recomendar una campaña de confrontación o una campaña propositiva. El dóberman fue una campaña negativa y necesaria para el PSOE en su momento. Y, a la vista de los resultados, le funcionó.
¿Cuál es su especialidad: aupar a su cliente o zancadillear al contrario?
Mi especialidad esganar elecciones. Ayudar al cliente a definir una hoja de ruta y crear un mensaje que sea bien recibido por sus públicos objetivos.
¿Qué buscan en usted?
Supongo que un servicio de asesoría profesional que les ayude a diseñar estrategias que les permita alcanzar el poder o mejorar sus resultados. Hasta ahora, con el éxito que hemos tenido a nivel internacional, los clientes no han tenido ninguna queja. De hecho, seguimos trabajando sin descanso. Algo haremos bien.
¿Cuál ha sido el error de cálculo de Iván Redondo?
No me corresponde valorar el trabajo de otros profesionales. He sido parte implicada en esta campaña.
El PP ha subido 691.384 votos respecto al 28-A. ¿Cuántos le pertenecen?
A mí ninguno. Los votos son de los ciudadanos que deciden apostar por una formación política.
¿Le ha felicitado Pablo Casado?
Están contentos con el resultado.
¿Y sus antiguos compañeros socialistas?
Pues fíjese: muchos reconocen la profesionalidad y el trabajo. De hecho, muchos me contratan.
¿Qué han inventado en términos de mercadotecnia Trump o Bolsonaro?
No han inventado nada. La estrategia discursiva es muy antigua. Viene de la la propaganda de Plejanov. De los marxistas leninistas. La política como un movimiento y la confrontación de «ellos» y «nosotros» viene de Lenin.
¿Cuál es su próxima estación?
Ser papá.
Eso será compatible con tener nuevos proyectos.
Sí. Esta tarde me reúno con un candidato para una campaña. Y tenemos contactos en México y en la República Dominicana.
Regresa a Latinoamérica.
Nunca me he ido. Sigo teniendo oficina en México. Somos una empresa global que damos servicio en España, América y donde nos contraten.
¿Una campaña decide elecciones?
A la vista está. Una mala campaña, como la de Cs, te lleva a la implosión. Las campañas son determinantes. La construcción narrativa hace que se mueva la opinión pública a unos niveles de volatilidad tremendos. La comunicación política y la estrategia hoy es más importante que nunca.
«La construcción narrativa mueve la opinión pública a niveles de volatilidad tremendos. La estrategia es más importante que nunca»
Licenciado en Ciencias Políticas por Granada, ha realizado estudios en opinión pública, cursos de formación en la Universidad George Washington, un máster en Periodismo Político en México y está a punto de presentar su tesis doctoral en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Ha asesorado a decenas de candidatos de sensibilidades políticas contrapuestas a este y el otro lado del Atlántico. Para afrontar su etapa profesional sin hipotecas políticas, entregó el carné del PSOE al partido. Con todo, dice mantener «valores de libertad, igualdad y justicia social» no necesariamente vinculados a formaciones concretas.
Algunas de sus campañas han recibido premios internacionales, como la que implementó por encargo del Gobierno mexicano para promover un consenso social en torno al matrimonio del mismo sexo. «Fuimos los primeros de América Latina, antes incluso que Nueva York», subraya. Una semana antes del 10-N, su nombre fue involucrado en una controvertida acción en Facebook para fraccionar el voto de la izquierda.
¿El 10-N iba usted con Íñigo?
¿Yo? No.
Algunas noticias indican que un empleado suyo promovió una campaña de apoyo a Errejón en Facebook.
Yo he negado en todo momento estar detrás de esa estrategia. Y no lo digo yo. La Junta Electoral fue contundente en su dictamen. Afirmó que no había indicios de la participación del PP o de mi persona en dichas acciones. Creo que alguien debería pedir disculpas.
Ha sido la iniciativa privada de uno de sus empleados.
¿Que una persona que trabaja en una empresa decida abrir una página de apoyo a un candidato? Yo no puedo influir en las decisiones que tome nadie a nivel individual.
Usted ha declarado públicamente: «En Facebook me he gastado millones». ¿También en la campaña del 10-N?
No. De hecho, en la campaña del 10-N no llevaba la comunicación digital. A lo largo de mi historia profesional claro que he gastado inversiones importantes en redes sociales, lo cual no está mal ni es ilegal ni algo de qué avergonzarse.
¿La web «Socialistas por el Cambio» fue una criatura suya?
No.
Hay quien se la atribuye.
Pueden decir lo que quieran. No han presentado una sola prueba que demuestre que haya sido mía. Y repito: también ese tema se llevó a la Junta Electoral y fue totalmente desestimado. El PSOE-A aún no ha asumido que los andaluces le dieron la espalda y buscan en mí a un chivo expiatorio. Deberían de reflexionar.